♥ Desde el infierno ♥
No soy poeta ni nada que se le paresca tan solo es la proyeccion del reflejo de mi alma
No soy poeta ni nada que se le paresca tan solo es la proyeccion del reflejo de mi alma.
"En la música es donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural...♥"
"En la música es donde el alma se acerca más al gran fin por el que lucha cuando se siente inspirada por el sentimiento poético: la creación de la belleza sobrenatural...♥"
lunes, 28 de mayo de 2012
Deseo •♥•.¸¸.•♥•.¸
Cuando en la noche te envuelven
las alas de tul del sueño
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano,
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho,
¡diera, alma mía,
cuanto poseo,
la luz, el aire
y el pensamiento!
Cuando se clavan tus ojos
en un invisible objeto
y tus labios ilumina
de una sonrisa el reflejo,
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
¡diera, alma mía,
cuanto deseo,
la fama, el oro,
la gloria, el genio!
Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento,
y tus mejillas se encienden
y entornas tus ojos negros,
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
la fe, el espíritu,
la tierra, el cielo.
-Gustavo Adolfo Becquer-. TE AMO DAVID
En el salón dorado •♥•.¸¸.•♥•.¸Oscar Wilde
Una armonía
Sus manos de marfil sobre las teclas
extraviadas en sorpresiva fantasía;
así los álamos agitan sus hojas lánguidas.
Como la espuma a la deriva en el mar inquieto
cuando las olas muestran los dientes a la brisa.
Cayó un muro de oro: su pelo dorado.
Delicado tul cuya trama se hila
en el disco impávido de las maravillas.
Girasol que se retuerce para encontrar el sol
cuando las sombras de la noche negra pasaron,
y la lanza del lirio está coronada.
Y sus dulces labios rojos sobre estos labios míos
ardieron como el fuego de rubíes incrustados
en el candil inquieto de la capilla carmesí,
o en sangrantes heridas de granadas,
o en el corazón del loto solitario
en la sangre vertida del vino rojo.
Oscar Wilde
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